sábado, 20 de septiembre de 2014

-HISPANIA ROMANA-

VISITA AL ACUEDUCTO DE "RABO DE BUEY"
MÉRIDA

   Tres, o cuatro según últimas investigaciones, eran los acueductos que abastecían de agua potable a la antigua
ciudad de Emerita Augusta. Uno de estos aportes, el conocido como de San Lázaro o “Rabo de Buey” (nombre que recibe por un depósito de agua situado sobre el cerro del mismo nombre) ha sido recientemente visitado por la asociación Hispania Romana.
Sobre la antigüedad del mismo hay distintas opiniones. Hay quien lo data en época de Augusto, otros a mediados del siglo I e incluso quien retrasa su fábrica hasta el periodo de los Severos.



    Centramos la visita en su “caput aquae”, o zona de captación de agua al aprovechar en esa zona distante unos 5Km de la ciudad distintas corrientes como las de
Valhondo, Las Tomas o Casa Herrera. Las aguas son tomadas y conducidas por galerías subterráneas de paredes permeables, como no podía ser de otra forma en esta zona de captación, construidas en mampostería y cubiertas por bóveda de cañón realizadas en sillarejo.

   Este tipo de bóveda de cañón fue ampliamente usada en el mundo romano, tal vez por herencia etrusca y a la que supieron sacar todo el provecho con el uso de las cimbras.





   En cualquier caso los aproximadamente 4 Km. que
componen su parte subterránea se encuentran bastante bien conservadas pudiendo admitirse que prácticamente el 90% es de época romana.

   Evidentemente nuestro paseo por las canalizaciones fue mucho mas limitado y bajo las doctas descripciones

del arqueólogo Santiago Freijoo,
 al que desde aquí queremos 
volver a reiterar nuestro mayor 
agradecimiento.

   Aun hoy fluye suavemente el agua por el “ specus”, es decir el canal propiamente dicho, de un ancho variable que ronda los 70 cm. Pueden apreciarse cortes rectangulares en su recorrido cuya misión fue la de limpiar y recoger los sedimentos arrastrados por el agua para mejorar su pureza y evitar el deterioro de la obra. Igualmente existen a intervalos regulares unos pozos o “spiramina “, cubiertos por losas graníticas, que comunican el “specus” con el

exterior sirviendo tanto para la aireación como para facilitar el mantenimiento del canal, en especial, para este último fin, las cuatro de mayor tamaño situados lateralmente al mismo y que permiten un mas cómodo acceso mediante una escalera pétrea.

    Para otro momento quedó la visita de los ya muy conocidos tres pilares que culminaban el acueducto en su parte aérea, y permitía saltar el desnivel del rió Albarregas, los restos en el circo romano o los de la “Casa del Anfiteatro”con su fuente en forma de cabeza de león.



   Al vídeo de la visita añadimos otros tres, a modo de comparación, con lo de otra visita al recientemente reconocido como romano acueducto de la Pozuela en Toledo.






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